.......Ahora tras la reapertura de la causa el juzgado debe proseguir con las pesquisas y seguir con el calendario de citaciones que quedó interrumpido en el momento del sobreseimiento provisional. El letrado de Jordi V. reclamó que se celebre una rueda de reconocimiento para que el denunciante concrete las conductas delictivas que realizó cada agente. En dicha rueda podría participar también en un alto responsable de la brigada de información de la Policía Nacional que ya ha declarado como testigo.
Las torturas que supuestamente sufrió Jordi V. consistieron en no dejarle dormir durante muchas horas mientras le obligaban a mantenerse en pie.
Jordi V. denunció que durante los cinco días que estuvo incomunicado, en aplicación de la Ley Antiterrorista, fue sometido a torturas sobre todo síquicas.
El joven afirmó que entre las amenazadas estaban la de que lo llevarían a la cárcel y allí un grupo de presos con sida lo violarían mientras ellos harían lo mismo con su novia. Los policías también le amenazaban que si algún día salía de la cárcel, ya no se podría acercar a Torà porque sus vecinos lo marginarían por terrorista.
El arrestado no pudo precisar si se le suministró ninguna pastilla pero indica en su declaración que el único contacto que tuvo con los alimentos fue en los calabozos y sólo recuerda que cuando despertó se encontró ingresado en el Hospital Arnau de Vilanova. Después fue trasladado al Hospital de Santa Maria donde sufrió un proceso degenerativo que lo acabó llevando a la UVI. Respecto a la declaración autoinculpatoria el joven de Torà relató que los agentes policiales dirigieron en todo momento la declaración en comisaría.
El joven habría realizado una primera declaración que, posteriormente fue sustituida por una segunda en la que presuntamente los policías le dijeron cómo y qué debía decir respecto a los actos de terrorismo de baja intensidad de los que era sospechoso. La investigación volverá ahora a la fase de instrucción.
Font: La Mañana Digital
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